domingo, 14 de diciembre de 2008

Sólo pasa en las películas

Después de observar tres veces la clásica comedia romántica de forma consecutiva, pero en diferentes lugares y circunstancias, me fue necesario plasmar todo aquello que experimentó mi cuerpo al observarlas. Pues bien, puedo decir, que a pesar de que conozco de pe a pa aquel guión barato hollywoodense, debo aceptar que la idea de encontrar al amor de tu vida en donde menos lo esperas es más que romántico, y por tanto, más que apto para mi.

Sí. Lo sé. Puedo pensar que todo aquello es cuestión de fantasía y nada más, sin embargo, una parte de mi quiere seguir creyendo que cuando menos lo espere pasará. Bien dicen que la esperanza muere al final. Pero, lo que sé, y bien sabido, es que aunque acepte mi realidad, entienda razones y porqués, siempre existe esa pequeña parte de mi ser, o tal vez enorme, que en esos días de tristeza-sin-razón, aceptaría un abrazo o un beso de LA persona, un "todo está bien" de sus labios, o quizás, sólo un "te quiero" salva el momento. A veces, el simple hecho de que esté o exista la persona que tenga alguna atención, nos hace especiales.

Es simple. Para mi, la naturaleza del hombre se basa en eso. Por más que alguien diga o afirme que le chocan las muesras de cariño, el recibirlas les trasnmite cariño, que los hace sentir especiales, y eso, es más que suficiente para hacerle el día. En estos últimos días, recibí algunas de esas muestras "no esperadas" que son las que tienen un poco más de fuerza en la propia persona, y el ser parte de aquéllo me llenó de una dicha inigualable, ya que, para mi, relizar ese tipo de muestras es espontáneo, sin embargo el recibirlas, es impredecible.

Pero, a pesar de que me sepa el cuento de pe a pa, y que aún así espere con ansías que el príncipe (o vampiro después de ver crepúsculo =P) llegue a mi vida, me es imposible dejar de aflorar mi lado irónico en alguna u otra escena que de verdad pueda parecerme sosa, dándole un poco de diversión a mi persona y lograr reír hasta en esos momentos donde lo que más se desea, es llorar.

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