lunes, 8 de febrero de 2010

Vacío fantasmal

¿Y qué si todo fuese irreal? ¿Y qué si aquello que tanto disfruto a tu lado mereciera el nombre de fantasía? He seguido todo esto sin siquiera intentar responder a estas interrogantes que inesperadamente bombardean mi pensamiento desde que amanece, hasta que recuerdo tu dulce voz antes de ir a dormir. Quisiera decir que me preocupa, que quiero saber qué es lo que ocurre, que merezco tener como sustento algún grado de verdad en el tono que utilizas para hablar de lo extraordinario que es estar conmigo. Y aunque así lo sea, es la incertidumbre el sostén que me detiene en el camino del amor, puesto que el no conocer tus sentimientos completamente, me da la oportunidad de tener una ligera esperanza en que remotamente no dejas de pensar en mi, de que todos y cada uno de esos momentos contigo son la consecuencia de disfrutar pasar la vida a mi lado, porque sólo eso basta para ti. El dulce sabor del propio engaño provoca inimaginables acciones, en las que el placer discrimina al entorno, posando su interés en el único objetivo: tú.
- Eres especial – me dice al oído
Sus incompletas frases mi impiden observar el panorama. Es más cómodo acurrucarme en esos fuertes brazos y sentir su respiración sobre mi cuello. Me toma de las manos y se acerca a darme un beso. Recarga su rostro en el mío, mientras mi pensamiento se transporta a aquellos días en que no era yo la receptora de ese cariño y desvío mi mirada al recuerdo de ese fantasma, que no me deja descansar robándose ese halo de seguridad que lograba sopesar todos los males.


No recuerdo su nombre, pero basta con observarlo a los ojos, para entender que no es a mí a quien desea amar, sino al vacío que dejó la ausencia de aquella joven, que a su partida, se llevó también mi corazón.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Q fuerte! pero hay veces
en las que por mas q no
queramos pensar o tener
ese miedo... Es imposible.
De verdad te deseo un final
feliz, y que el wey entienda
y te haga sentir como mereces.

Extrañaba tus escritos!

E.