viernes, 13 de febrero de 2009

El último día

Si este fuese mi último día... definitivamente tendría una lista de cosas por realizar. Aunque, quizás sea de las personas que lo dice todo cuando lo siente, en definitiva tendría que aclarar algunos asuntos pendientes. Y es que, si mañana ya no estuviera, primeramente, no dormiría la madrugada haciendo un disco con canciones para las personas más especiales a lo largo de mi transcurso llamado vida. En él escribiría una nota con todos aquellos agradecimientos, y entonaría aquellas canciones que son parte de la historia con cada una de aquellas personas. Sin dudarlo, también escribiría algunas cartas con disculpas sinceras a algunos otros, en las que les deje claro que mi viaje no fue lo suficientemente largo para declarar todos aquellos sentimientos de arrepentiemiento en el momento indicado.

Sin pensarlo, cantaría al amanecer una de esas canciones que renuevan el alma; iría a la escuela pero a despedirme de aquellos que tuvieronn efecto en mi vida por alguna situación, y en seguida me dirigiría al último de mis viajes en compañía de mi mejor amigo, hablando de todo aquello que fue la vida, lo que me dio, lo que me privó, pero sobre todo lo que me enseñó. Me encantaría visitar un museo, recibir un detalle de algun artista citadino, y caminar a lo largo de las calles centrales. A mi regreso, una comida en compañía de mi familia, con pláticas triviales, y para terminar, una fiel muestra de cariño hacia ellos, regresando a la ciudad que habito. Después, una larga charla en un lugar íntimo, donde todo aquello que he deseado externarle a aquella persona hiciera gala de aparición. Sin dudarlo, le robaría ese beso tan deseado, y comtemlaría aquella puesta de sol que me hiciera llorar, a su lado. No me cansaría ni por un segundo de los abrazos, buenos deseos, besos y apapachos hacia las personas que acostumbro brindarlos, y también a las que por alguna u otra razón, ya no lo hago. Me tiraría de bruces al silencio de la noche mágica y estrellada, mientras disfruto de uno de mis tantos cigarrillos que mantienen mi mente pensantiva y nostálgica. Vería el capítulo de mi serie favorita disfrutando aquellas risas tan similares a las de antaño, a las de infancia. Me detendría a sentir cada pisada, cada respiro, cada mirada...

Creo, en definitiva, que preferiría estar en mis completos cinco sentidos, sin algún motivador o agente de cambio en mi cuerpo. Tomaría mis cosas, que no habrían de servirme mucho en el viaje, y emprendería el vuelo más allá de las fronteras, escribiendo una historia llena de recuerdos y elementos mágicos, afirmando lo imortantes que han sido en mi vida. Escucharía la historia de aquel viejo que en el parque, me contara de lo bella que fue el amor de su vida. Adoraría escuchar el susurro del silencio, la melodía de los violines, la fuerza de aquel corazón...


Si... si hoy fuese mi último día... tendría tanto por hacer, que finalmente un día no me bastaría para completar mi ciclo en este mundo, y tendría que resumirlo, en vivir al máximo ese día que para mi.... sería el más mágico y sutil....

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