viernes, 18 de septiembre de 2009

Incipiente...

Sólo a través de la lluvia logré visualizarlo. Y fue extraño, pero sobre todo cautivante la forma en que se acercó, la forma en que me miró. No creí que en algún determinado punto, después de mi soledad y desinterés en estos temas, pudiera inhibirme un par de ojos color marrón, y más aún, que me inquietase de tal forma, esa sonrisa… única en su haber.

Me sentía ilógica, tonta, pueril. No imaginé que mi vida cambiase de pronto así. Sólo fue que sucedió, y cuando menos buscaba, cuando menos pensé, mi corazón gritó sin más, aunado del silencio de mi alma, que poco se atrevía a amar.

Dudé. Millones de veces pensé y pensé que no se traba más que de una idea en mi sistema. Intenté creer que era sólo una tonta quimera, una vana ilusión, una forma de escapar de aquello que tanto dañó mi interior. Fue entonces que el tiempo se encargó de borrar todo ese pasado… de desvanecerlo, hacerlo nebuloso, intacto. Sin más, justo cuando empezaba a no creer, cuando empezaba a aceptar mi nuevo estado indoloro, un haz de estrellas centelleantes dio paso a una nueva sensación.

Y entonces comencé de nuevo...

1 comentario:

Dianuleezza Arroz dijo...

Regresó... regresó

http://dianuleezza-arroz.blogspot.com/

ahí mero!!