martes, 17 de marzo de 2009

Si tú supieras...

No sé lo que siento en realidad. A veces me cuestiono sobre la forma de sentir algo hacia tu persona. Creo que, en ocasiones puedo afirmar que es algo que cada día crece más, y en otras, un vago pensamiento de tu persona llega a mi vida. Lo que si sé, es que de alguna forma extraña, te has ganado un poco del cariño de este corazón que poco se atreve a sentir. Es inexplicable el modo y la forma en que tomaste un papel principal en la novela de mi vida, pero creo que se siente bien, o al menos, mientras dure.

Quizás ni siquiera te has dado cuenta, pero la realidad, es que en cada mirada, palabra, sonrisa o acercamiento, declaro mi culpabilidad sobre esta emoción que está apoderándose de mi ser. La disfruto, la vivo, la sueño. Analizo cada pasaje vivido a tu lado, rememoro cada detalle de esos labios, de esos ojos, de ese porte tan desenfadado y atractivo a los demás. Quizás sea tu egocentrismo, tu inteligencia o tu forma de ver la vida, no lo sé. Tal vez se trate de aquella ideología que con una conversación abre mis fronteras sin querer. Sé que en esta emoción están integrados tu elocuencia, sagacidad y un poco de aquel desdén que impregnas y haces tuyo.

De cualquier forma, sobre todas estas cualidades y unos tantos defectos que posees, me llevas una ventaja alarmante: no tienes este tipo de sentimientos, o al menos, buscas no encontrarte con ello. De forma que, sería muy extraño tener alguna señal de tu parte, puesto que si existiese algún resquicio, por pequeño que fuera, de cierto sentir hacia mi persona, no lo harías efectivo. Eso si existiera la circunstancia en la que lograras apreciarme como alguien diferente a lo que en mi percepción, observas de mí.

De modo que, no me queda más que contar cada uno de esos momentos al viento, quien con él se lleva cada una de las palabras y emociones causadas a tu lado, para darles fin cuando éste se aleja. Él logra apaciguar mis pesares, y en ocasiones deleita mi oído con melodías que me permiten olvidarte, aunque sea por dos segundos. Se ha involucrado demasiado en este gusto por ti, y ha tratado de que vea que no puedo seguir así. Sin embargo, no causa mucho efecto en mi vida, y entiende que por más que busque la forma de que te borre de mi sistema, no lo lograra.

Creo que por ahora soy feliz así, imaginando mi vida en un mundo paralelo, donde tu presencia sea más especial de lo que ahora, y renueves mis días con cada aliento de tu ser. Imaginar es entonces uno de mis pasatiempos favoritos, pues sueño al chico encantador y vislumbro a su lado, aquella vida tan deseada en la que todo puede suceder.

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