lunes, 24 de noviembre de 2008

Pensando al aire...


Después de tanto tiempo, pareciera que fue ayer. Aún tengo esos gratos momentos grabados en mi mente. Es como un hechizo que existe en mi vida a cada momento, sin quererlo o sin desearlo, sin tenerlo o sin pensarlo, pero que definitivamente, inunda mi alma inigualablemente. No sé que será, o si en algún momento desaparecerá, pero ahora, que soy consciente de ello, lo disfruto a cada momento. Es tal vez la adicción por el pasado, o quizás el anhelo de sentirlo cercano, aunque ya no pueda ser así.

¿Que si lo extraño? Realmente no podría cuantificar lo mucho que lo hago. Es verdad, me encanta creer que puedo seguir en aquel ayer, donde esas historias contadas y aquellos viajes inverosímiles dan vida a esa historia magnífica que fue. A veces, antes de dormir vislumbro aqellos pasajes que dan sentido a mi historia, que completan mi esencia. Es entonces, donde toda esa alergría va tornándose poco a poco de un sabor amargo, que aterriza a mi realidad al saber que por más que intente regresar... el tiempo pasa y nunca más volverá a pasar.

La pregunta siempre ha existido en mi ser. ¿Por qué? ¿Por qué ya no es igual? ¿Por qué ya no estás? ¿Porqu aunque puedes estar cerca ya no te siento de la misma forma? ¿Por qué todas esos relatos que conforman esa bella historia no tienen la misma relevancia? No puedo contestar estas preguntas, sin embargo, lo que si puedo decir es que, aunque NOS extraño, ceo que el cambo sempre trae cosas positvas, y lo mejor de ello no se muestra al momento, sino con el tiempo.

El tiempo es el mejor amigo del hombre... esa frase tan trillada pero tan cierta ha sido la causa de mis desvelos, de mis cientos de cigarrillos, de mis neurosis inesperadas. Es que entonces ese gran enemigo es tan importante. Es que entonces tengo que esperar a que el dichoso Tiempo tenga ganas de mostrarme la respuesta a mis porqués. Total, ¿qué más puede pasar?

Lo cierto es, que aunque entienda todo eso, y conteste mis preguntas, la ausencia seguirá presente. Es sencillo: puedo entenderlo, mas no comprenderlo. Puedo entender que ya no estés por una y mil razones, pero no podré comprender que el día que quiera sentir el aire en mi cabello a tu lado, que intente percibir tu aroma al abrazarme, o recibir una sonrisa de tus labios, no pase nada. Sin embargo, el recordar aquellos viejos tiempos, querer volver a ese ayer, es mi único consuelo. Así que seguiré disfrutando cada momento a lado de mi nostalgia, dándole uso a la memoria para revivir todas aquellas historias.

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