domingo, 7 de junio de 2009

Diario de la crédula enamorada...

Las horas pasan y la noche va llegando a su fin. El insomnio visita mi cama logrando su objetivo. De pronto un sinfín de pasajes desordenados invade mi frontera cerebral especializada en las remembranzas. Una a una van cayendo sin previo aviso, y con la misma bienvenida que un balde de agua fía al levantarme, o con el objeto – mejor dicho – de levantarme. Claro que tú no lo recuerdas. No. Miras indiferente sin importar si fueron o no buenos recuerdos, buenos tiempos. Vaya que muchos me brindaron horas, días o semanas de felicidad. Pero a ti no. Ya no sé en realidad si hubo punto alguno, momento específico o encuentro que haya sido tan verdadero como este vacío que dejaste al marcharte, que creaste con tus frases de disculpa ante tu imposibilidad actual de quererme.

- En este momento no puedo

Pregunto entonces, si tal vez este no fuese el momento por aquella incapacidad tuya en referente a tus problemas existenciales ¿cómo es que de un día para otro, de una semana a otra, terceras personas hacen gala de aparición en lo que pareciera NUESTRA historia? Quizás no entendí. Sí, quizás lo que intentaste decir fue un “lamento no poder brindarte lo que quieres, pero la realidad es que no siento algo que me incite a luchar por ti”

- No te puedo mentir… Sí… Siento algo por ti

¿Cómo? ¿Y qué hay entonces de la relación que comenzaste al poco tiempo de expresar lo anterior? ¿Se trata sólo de la forma de olvidarme, de seguir adelante? Sí, porque eres incapaz de mentirme. Tienes la debilidad de ser el hombre más honesto al hablar conmigo. Sólo conmigo. El mundo no importa cuando tú y yo hablamos, porque todas esas máscaras se borran ante mi presencia. Sí, es imposible que inclusive lo hayas intentado más de dos veces, con aquella misma chica, y sientas algo... como lo sientes por mi, porque tú mismo lo dijiste.

[ Si regresa… es tuyo, sino… NUNCA lo fue ]

¿Regresar? No… todavía no lo hace. De vez en cuando me llamaba y salíamos teniendo buenas charlas. Me gustaba que lo hiciera. Era divertido el tiempo a su lado, pero dudo que volvamos a salir porque la última vez que nos vimos acordamos tener un tiempo a solas ¿Qué si no quiero que vuelva? Claro que anhelo su regreso, no debería confiarte esto, pero cada que escucho un carro estacionarse fuera de mi casa me asomo por la ventana esperando que sea él. Sí, sé que es patético, pero estoy segura que con el tiempo entenderá y cuando menos lo imagine estará tocando a mi puerta.

[ Si no llama es porque simplemente no le interesas ]

No, no ha llamado. No nos comunicamos por el acuerdo que realizamos. Además, tiene muchas preocupaciones y el tiempo no le alcanza para todo lo que hace. Él trabaja. Él sale mucho y llega tan cansado que comprendo que no lo haga. Sí, quizás tenga un plan contratado en el que no importe el número de llamadas o mensajes que realice, pero eso no significa que tenga que comunicarse conmigo. No es necesario porque él prefiere verme en vivo y a todo color. Sí, también es cierto que es muy detallista, pero no por ello tendría que llamarme cada cinco minutos. Además, no le gusta hablar por ese medio. Sí, eso es. Prefiere guardarse todas sus aventuras para contarlas con lujo de detalle en nuestras pláticas largas y esporádicas. Yo sé… pero aunque no tenga buena memoria trata de contarme todo. Es verdad… no siempre lo logra.

- Bueno, entonces me voy

Pobre. No podía decirme otra cosa después de la forma en que le hablé. Era lógico que tuviera que responder con algo así al decirle que no quería saber nada de él. Puede que sólo este tomándose un tiempo para analizar la situación y la realidad es que me extrañe tanto que muera por venir a verme pero no se atreve. Sí, seguro le hago falta, seguro esto le duele tanto como a mi.

[ Y fueron felices para siempre ]


Mis lágrimas siguen rodando por mis mejillas. Cada filme visto pareciera tener mejores actores o tramas cada vez más complejas y tristes. Yo no entiendo. El final que cuenta cada historia, novela o producción cinematográfica tiene un final feliz, un príncipe que llega a salvarnos del oscuro mundo de las tinieblas. Ese príncipe puede equivocarse pero lo entiende, recapacita y actúa. Al final se quedan juntos. SIEMPRE se quedan juntos.

Vaya, ya entiendo. L o que ocurre es sencillo, la vida real no es un reflejo del filme, historia o novela… sino que se trata, simplemente de mi realidad.

Ya veo. No era que el momento no fuese el apropiado, que no hubiese el tiempo para llamar o vernos en persona. No se trataba de intentar una y otra vez con alguien que no fuera yo por el hecho de intentar olvidarme, o que no me buscara por lo que le dije en la última ocasión, o esa carga tan pesada de trabajo que tiene.

[ No te puedo mentir, siento algo por ti ]

Sin embargo, una frase me impide pensar claro. No, es sencillo. Si me sabe mentir, y al parecer lo ha hecho muy bien por todo este tiempo. No siente algo por mi. No existe aquella magia que creí. Finalmente, si existiera o hubiese existido no habría estado esperanzada a recibir llamada alguna, a encontrar su auto frente a mi casa, a ser poseedora de algún correo electrónico de parte suya o leer quizás, un mensaje proveniente de su número telefónico. Simplemente habría pasado, sin quererlo o desearlo, habría sucedido.

No fue así. No digas entonces que te importo, que sientes algo, que no es el momento indicado. Escuché suficiente… peor aún… creí infinitamente. Un momento de silencio… El viento es frío y se escucha a los perros ladrar. Música que viene de algún lugar lejano logra traspasar la brecha de la ventana impregnando mi mundo callado con ese ruido. Quizás un cigarrillo sea adecuado en este momento. Se escucha un susurro…

Ya no te escucho.

1 comentario:

Anónimo dijo...

enamorarnos nos daña de forma gradual la razon, pero basta con encontrar la verdad para darnos cuenta del error.

Lo que mas me gusto del texto fue el final en donde dejas atras todo ello. Te felicito por eso

E.